Alexander Solzhenitsyn, quien fue el primero en exponer los horrores del gulag estalinista, ahora intenta abordar uno de los temas más delicados de su carrera como escritor: el papel de los judíos en la revolución bolchevique y las purgas soviéticas.
En su último libro, Solzhenitsyn, de 84 años, aborda uno de los últimos tabúes de la revolución comunista: que los judíos fueron tanto los perpetradores de la represión como sus víctimas. Doscientos años juntos, una referencia a la anexión parcial de Polonia y Rusia en 1772, que aumentó considerablemente la población judía rusa, contiene tres capítulos que analizan el papel judío en el genocidio revolucionario y las purgas de la policía secreta de la Rusia soviética.