Hunter Biden en Ucrania: guerra biológica, creación de pandemias y “Great Reset”
Esta semana César Vidal y Lorenzo Ramírez desvelan documentos oficiales que prueban la implicación de Hunter Biden en las operaciones de guerra biológica del Pentágono en suelo ucraniano con la colaboración de los servicios de inteligencia. El contenido del famoso ordenador portátil coincide con parte de la información publicada por el Ministerio de Defensa ruso y conecta con el proyecto de "Gran Reseteo" del Foro Económico Mundial
intervención durante la Comisión de Investigación relativa a la gestión de las vacunas y el Plan de Vacunación en España, cuyo objeto es examinar los problemas y dificultades que se hayan producido hasta la fecha en el proceso de vacunación.
La historia del 11-M no se circunscribe a un día y cuatro atentados. Los años de investigaciones, actuaciones policiales, sumarios y juicios forman una parte esencial de este negro episodio de nuestra historia.
Cada estamento (policial, judicial, ejecutivo…) está formado por personas. Personas que dejaron su impronta en el caso, que propusieron -o impusieron- las diversas tesis que hemos conocido. Personas cuyos actos contribuyeron a esclarecer u oscurecer el relato de los hechos.
En este capítulo tratamos de conocer mejor a los actores principales de la segunda parte de la función. Jueces y magistrados, policías y fiscales, mandos y agentes. Prepárense para un relato de confidentes, actuaciones francamente originales, querellas cruzadas y sobreseimientos sorprendentes.
Para la mayoría, basta saber que el 11 de marzo de 2004 se produjo una masacre por medio de “bombas” o “explosivos”. No obstante, el análisis de los artefactos utilizados como arma del crimen, la atención a su composición química y procedencia, constituye un elemento central en el esclarecimiento de los atentados.
Desde el primer momento, se debatió si los explosivos utilizados eran Titadine o Goma-2 ECO. Las implicaciones eran enormes, ya que se quiso asociar el primer tipo a un atentado cometido por ETA y la Goma-2 ECO a la autoría de un grupo islamista.
En todos los escenarios secundarios (la furgoneta Kangoo, la Bolsa de Vallecas, el artefacto de Mocejón y el piso de Leganés) se encontraron pruebas que apuntarían a la Goma-2 ECO. Además, 100 Kilos de este compuesto se transportaron desde Mina Conchita (Asturias) a Madrid dos semanas antes de los atentados (extremo confirmado por los propios implicados, confidentes de las FF.CC.SS.AA.).
Por contra, en el escenario principal no se encontraron dichos restos. No hubiera sido sencillo, dado que los trenes fueron rápidamente desguazados y que apenas llegaron unos gramos de muestra al precario laboratorio de análisis. Tampoco ayuda que, una vez estudiados, no se siguiera el procedimiento habitual y se guardaran muestras para posteriores exámenes. En otras periciales, como la practicada en los restos de espuma de extintor, aparecen rastros de nitroglicerina, componente del Titadine. En el juicio se hablará de contaminación; no podía haber fisuras. El explosivo debía ser GOMA-2
Una vez más, encontramos indicios que permitirían defender cualquiera de las versiones. Y, una vez más, el relato oficial muestra clara preferencia por una de ellas, llegando a una conclusión ‘ex ante’ y tratando de blindarla ante las contradicciones.