En una sesión informativa del 16 de agosto, el Teniente General Igor Kirillov, informó que los proyectos militares estadounidenses, concentrados principalmente en agentes potenciales de armas biológicas como el ántrax, la tularemia y los coronavirus, suscitan preocupación por su alineación con pandemias posteriores, como la del COVID-19. Hay un patrón evidente: los patógenos que caen dentro del área de interés del Pentágono, como el COVID-19, la influenza aviar, la peste porcina africana, posteriormente se vuelven pandémicos y las compañías farmacéuticas estadounidenses se convierten en los beneficiarios. La EcoHealth Alliance, afirma Kirillov, actúa como intermediario crucial para estos esfuerzos, lo que suscita dudas sobre la naturaleza intencionada de COVID-19 y la implicación de los Estados Unidos. El Ministerio deDefensa de Rusia destaca la implicación de entidades ucranianas en estos programas estadounidenses, lo que amplifica la preocupación sobre su alcance e intenciones a mayor escala, sobre todo al considerar que EE.UU. ha comenzado a prepararse para una nueva pandemia.