https://t.me/carlosantoniodocus/581 El Dr. Manuel Sans Segarra, Jefe de Cirugía del Hospital de Barcelona, explica sus conocimientos sobre las experiencias cercanas a la muerte (ECM).

Entrevista realizada en 2009 por el periodista Francisco Pérez Abellán a Fernando García (padre de Miriam, una de las tres niñas asesinadas en Alcácer en 1992) y al periodista criminólogo Juan Ignacio Blanco. Los dos periodistas que intervienen ya están fallecidos. Francisco Pérez Abellán (Murcia, España, 25 de marzo de 1954-Madrid, 27 de diciembre de 2018) fue un periodista español especializado en criminología. Y Juan Ignacio Blanco Durán (Madrid, 25 de marzo de 1956-San Lorenzo de El Escorial, 3 de julio de 2019) fue un periodista español y experto en criminología. Juan Ignacio falleció a los 63 años de edad por un cáncer fulminante (cáncer de cólon con metástasis al resto del cuerpo), que obviamente fue un asesinato (como afirma su viuda, que también declaró que lo amenazaron de muerte y lo intentaron asesinar en alguna ocasión) para que no siguiera investigando sobre el crimen de las niñas de Alcácer, concretamente sobre la cinta de vídeo snuff que el propio investigador calificó de crucial para conocer a los verdaderos asesinos de las niñas. Su carrera fue arruinada y fue desprestigiado con el originalísimo insulto de "teórico de la conspiración). Fue autor de un libro sobre el crimen, que fue secuestrado por orden judicial: https://odysee.com/@carlosantoniolibro:b/Libros.-Caso-Alcasser.-Blanco%2C-Juan-Ignacio.-Que-Paso-En-Alcacer:4?r=5Y8dwP61MBT7NgHyUtsLc7ZyGRsochS4 Por su parte, Fernando García, el padre de una de las niñas asesinadas (Miriam) fue machacado judicialmente e incluso condenado a prisión.

Documental alemán de 1940. Describe la sucesión de acontecimientos que condujeron a la ocupación de la Alemania Nacionalsocialista en Noruega en la primavera de 1940.

VAXXED II La verdad de la gente. Existe una expresión que dice que “medio mundo se ríe del otro medio”… que parece que es muy aplicable ante la realidad de ciencia ficción que estamos viviendo. Al decir esto, nos referimos a la división social que se observa entre quienes: -se creen todo lo que le cuenta la televisión, y que están aterrorizadas cumpliendo todas las normativas impuestas por decreto ley y alguna más (siempre los hay más papistas que el Papa), y que flipan con los que se oponen a llevar mascarillas, porque dicen cosas como que la pandemia no existe… -y los que no pueden creer que los demás sean tan crédulos, como para tragarse todo lo que la TV les cuenta, y tan incapaces de adoptar un comportamiento medianamente racional y crítico que les permita ver más allá de las contradicciones, casi diarias, de las OMS, de los gobiernos, de las autoridades sanitarias y de los partidos de todo color… Ojalá fuera medio mundo el que “se ríe del otro medio”, porque indicaría un mayor equilibrio de fuerzas, pero esa proporción del fifty-fifty (50%-50%) está todavía lejana, aproximándose mucho más a un 90% de creyentes vs. 10% ateos (los que no se tragan lo que la “oficialidad” quiere implantar como dogma de fe… aunque con un poco de suerte quizá estemos llegando a un 80%-20%… Pero todo se andará, porque se trata de dar la vuelta a la tortilla, y cada vez hay más profesionales de todo tipo y ciudadanos responsables dispuestos a unir fuerzas para conseguirlo. NEOLENGUA Y DIVISIÓN DE LA SOCIEDAD ENTRE BUENOS Y MALOS CIUDADANOS… Orwelliano: El uso del lenguaje de manera engañosa y manipulativa. Gracias, entre otras muchas cosas, al uso manipulador del lenguaje, al que Orwell llamó neolengua, arteramente utilizado y repetido hasta la saciedad por los grandes medios de comunicación y por sus secuaces, se está creando una especie de barrera frentista que divide en tres grupos a los ciudadanos: los buenos y los malos y los tibios. -Buenos: Los que se tragan sin digerir lo que les cuentan los medios y acatan sin cuestionar todas las medidas que se imponen, porque están convencidos que son para protegernos. Consideran que los que no lo hacen así están poniendo en peligro la seguridad de todos. Están de acuerdo en que sean aplicadas restricciones de todo tipo a las libertades porque creen que hay mucho peligro en el entorno. Cierran los ojos a cualquier indicio de realidad que no provenga de lo que les dice la TV, e ignoran la censura que se ejerce sobre las opiniones de científicos y profesionales en todo el mundo, libres de conflictos de intereses, cuyas investigaciones demuestran que los datos que se están divulgando son incorrectos, sesgados o directamente falsos. -Malos: los que hace tiempo apagaron el televisor o, que si todavía deciden ver la “programación de TV” (nunca mejor dicho), lo hacen de manera crítica. Forman sus opiniones observando las múltiples contradicciones existentes en las actuaciones de las autoridades sanitarias y políticas, escuchando opiniones de expertos independientes, que no por casualidad la mayoría de las veces son perseguidas por la “oficialidad”. Este grupo ha descubierto que, de pronto, se ven descritos por los medios de comunicación como ultraderechistas, covidiotas, negacionistas, antivacunas, etc… lo cual indica de nuevo que “está estrictamente prohibido todo lo que no es obligatorio”… es decir, Pensamiento Único = Dictadura. -Tibios: Los que están entre Pinto y Valdemoro, sin saber a qué atenerse, sin referencias sólidas, porque si bien perciben contradicciones en las noticias y en las directrices de las autoridades, no saben cómo salir del embrollo, al no saber a quién creer, y no haberse decidido a hacer, por sí mismos, el trabajo necesario para llegar a elaborar opiniones propias. Estarán atrapados en un limbo de preguntas: ¿quién miente… quién dice la verdad…? mientras no den un paso al frente atreviéndose a querer saber. Consideramos que para este grupo en particular, el documental VAXXED II: THE PEOPLE’S TRUTH (LA VERDAD DE LA GENTE) puede ser de gran ayuda en relación, al menos, a un tema que adquiere especial relevancia en la actualidad, puesto que “los amos (provisionales) del mundo” están empeñados en vacunar a toda la población… en el entorno de lo que Lluis Botines, con buen criterio, ha propuesto denominar OPERACIÓN CORONAVIRUS…