Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. La que cae en el camino son los que la oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven. Lucas 8:11-12
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Tito 2:11-14
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Vestíos con la armadura de Dios, para hacer frente a las asechanzas del diablo. Efesios 6:10-11
Él se sentó sobre el trono de su Gloria y la suma del juicio le ha sido dada al Hijo del Hombre y Él ha hecho que los pecadores sean expulsados y destruidos de la faz de la tierra. Enoc 69:27