QUE-PASA-DESPUÉS-DE-LA-MUERTE-SEGUN-LA-SABIDURÍA-ANTIGUA---documental
Examinemos ahora lo que comúnmente se designa como muerte. Generalmente, cuando los latidos del corazón y el pulso se detienen, decimos que un hombre está muerto. Pero desde el punto de vista teosófico esto es solamente el comienzo de la muerte. Se puede decir que de los siete constituyentes, el cuerpo físico ha muerto y el proceso de la muerte avanza desde el físico hacia otros niveles. Cuando un hombre está muerto externa o físicamente, el Hombre Real interno, que es imperecedero, está ocupado internamente. Antes de abandonar permanentemente este cuerpo particular, él ve toda su vida pasada como una película. El Ego o sutrâtmâ observa la vida recién concluida, como si fuera un espectador, sin ningún elogio o auto-decepción, y comprende las causas puestas en movimiento durante su vida, y la justicia en cualquier sufrimiento que vivió. Esta ‘revisión’ nos permite comprender el poder y la justicia de la Ley de Karma. La ‘revisión’ ocurre siempre, ya sea que la persona haya tenido una vida buena o mala, y haya tenido una muerte natural o no.
Tan pronto como termina la tarea de ‘revisión’ del Hombre Real respecto a la vida concluida, los cinco constituyentes, menos el cuerpo físico y la energía vital, pasan a la región astral llamada Kâmaloka. Kâmaloka es el mundo o plano de los sentimientos y los deseos. En Teosofía también se lo llama Plano de los Deseos porque está relacionado, dominado y controlado por deseos. En un sentido relativo, este mundo es un reino astral invisible, que rodea e impregna nuestro planeta. Está más allá de nuestros sentidos físicos para conocerlo y comprenderlo, y sin embargo existe. El Kâmaloka es el ‘purgatorio’ cristiano, y se lo compara con un foso de escoria, es decir un pozo en el que se arroja el material inservible que es separado al calentar los metales. Se puede decir que la naturaleza proporciona un pozo o espacio para descartar los aspectos negativos o los deseos inferiores reunidos durante la vida. El Kâmaloka tiene muchos grados, ya que las personas del mundo difieren unos de otros en carácter y en muchos otros aspectos. Las gradaciones no sólo proporcionan las variedades y diferencias naturales sino también las causadas por el tipo de muerte.
La muerte del cuerpo físico marca la ‘primera muerte’, pero el proceso de la muerte continúa en Kâmaloka en el que el cuerpo astral, naturaleza de deseos, y mente inferior, se separan de la trinidad superior Âtma-Buddhi-Manas o el Hombre Real, que va al devachan, svarga o Paraíso, después de la separación. Esto se denomina ‘segunda muerte’. Después que los tres elementos superiores se separan, el cuerpo astral, la naturaleza del deseo y la mente inferior se unen para formar una entidad llamada kâma-rupa o cuerpo de Deseos. Este cuerpo de Deseos es similar a la ‘ropa vieja’ expulsada por el hombre real mientras se dirige al devachan y por ello nuestros antepasados lo denominaron Satán o el Demonio. En India se lo llama de diferentes modos bhuta o pisâcha, y se lo conoce como fantasma o espectro en el occidente.
Durante la vida, el Hombre Real puede controlar los deseos y tentaciones, pero después de la muerte, al partir el hombre real, no hay control sobre el cuerpo de deseos en Kâmaloka. El cuerpo de deseos carece de inteligencia o comprensión, pero se puede activar bajo la influencia de fuerzas externas. Sin embargo, tiene cierto ‘mecanismo o ‘consciencia automática’, debido a su larga asociación con el Hombre Real durante la vida. La consciencia automática exhibida por kâma-rupa es similar al movimiento automático de un sapo o un pollo, que se produce durante unos momentos después de matarlo. Este kâma-rupa es un repositorio de memoria de la vida que termina, porque el cuerpo astral del hombre tiene la propiedad de absorber y almacenar todas las experiencias y pensamientos de una persona, que suceden durante su vida y luego de despedirlos bajo condiciones adecuadas. Ya que estos cuerpos de Deseo de los muertos carecen de inteligencia y están separados del elemento espiritual superior, se los llama cascarones kama-rúpicos, porque sin los elementos superiores son como vasijas vacías.
Son estos ‘contenedores vacíos’ los que se ponen en contacto con ‘mediums’, ‘sensitivos’ y los que dirigen las sesiones espiritistas. Por lo tanto, quienes visitan las sesiones con la esperanza de contactar sus seres queridos que partieron, realmente nunca contactan al Hombre Real o al espíritu, excepto en casos excepcionales.
Los cascarones kama-rúpicos que contactan los que dirigen las sesiones, no son todos iguales. Quienes mueren de modo no natural, por suicidio, ahorcados o por accidente, no están en el mismo ‘estado post-mortem’ que los que mueren de modo natural. Las personas que mueren prematuramente no están realmente muertas porque las fuerzas cohesivas mantienen unidos los seis principios o elementos restantes hasta el momento en que la muerte natural se hubiera producido. Estas fuerzas cohesivas no pueden ser destruidas
Transaction
Created
1 year ago
Content Type
Language
video/mp4
English