Podría ser que tú vieras sufrir a alguien y quisieras ayudarle a encontrar nuevas posibilidades que ella no ve y tú sí. Pero, si la otra persona está totalmente cerrada a escuchar las posibilidades, es muy probable que tú te desgastes y no puedas ayudarle.

La primera posibilidad que yo veo es la de no aleccionar a quien nosotros pensamos que debemos ayudar sino preguntar primero con respeto si desean escuchar un punto de vista. Si la persona de entrada está renuente, ¿para qué desgastar la energía que podríamos hacia algo distinto? Si nosotros vemos posibilidades, y la otra persona abre espacio para escucharnos lo ideal es ayudarle haciéndole preguntas que le ayuden a encontrar mejores respuestas.

Intentar forzar aleccionar a alguien que no desea ser ayudado o que rebate cada una de las opiniones que pudiéramos tener porque está totalmente cerrada puede ser sumamente desgastante para ambas partes e incluso para la relación.

Observa más, pregunta más y avanza con respeto y seguramente tu contribución podrá ser mejor.

Curiosamente esto aplica también hacia nosotros mismos. Hacernos más preguntas respecto de qué podemos aprender, donde puede haber un conocimiento o experiencias nuevas que nos ayuden a mejorar en el área de la vida que nosotros deseemos mejorar.

Reflexiona en esto y ponte en acción.
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