Un antiguo pabellón que fue utilizado por el Hell Fire Club a principios del siglo XVIII, fue conocido por ser sede de varios rituales satánicos, incluyendo misas negras y sacrificios de animales. Su uso por parte del club disminuyo después de un incendio misterioso. Se dice que es uno de los lugares embrujados más terroríficos a donde todavía acuden las almas de los miembros del club.