El capítulo 34 del segundo libro de Crónicas describe el reinado del rey Josías de Judá, quien comenzó a reinar a la edad de ocho años y gobernó durante treinta y un años en Jerusalén. Josías es recordado por su devoción a Dios y por llevar a cabo reformas religiosas significativas para purificar el reino de la idolatría y restaurar el verdadero culto al Señor. Desde una edad temprana, Josías mostró una inclinación hacia la piedad. En el octavo año de su reinado, cuando aún era joven, comenzó a buscar al Dios de su antepasado David. Cuatro años después, en el duodécimo año de su reinado, Josías inició una campaña para purificar Judá y Jerusalén de los lugares altos, los Aserás, las imágenes talladas y los ídolos de metal fundido. Bajo su dirección, se derribaron los altares de los Baales, y él mismo destrozó los altares de incienso que estaban encima de ellos, además de romper los Aserás, las imágenes talladas y los ídolos de metal fundido, reduciéndolos a polvo y esparciéndolos sobre las tumbas de aquellos que les habían ofrecido sacrificios. Josías no se limitó a purificar Judá y Jerusalén. Extendió sus reformas a las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y hasta Neftalí, donde destruyó altares, Aserás y otros objetos de culto pagano. Esta campaña de purificación abarcó gran parte del territorio de Israel, demostrando su determinación de erradicar la idolatría del reino. En el decimoctavo año de su reinado, Josías emprendió un proyecto de restauraci #maranatha #maranata #MaranataCVP ... https://www.youtube.com/watch?v=2B-LmSHWkUE