"Experiencias ocultas" es el título de un extraordinario documental de la cadena Diez australiana que data del año 1985. Muestra el fascinante y oscuro mundo del ocultismo, a través de imágenes reales de ofrendas al demonio y de exorcismos, así como de brujas realizando sus ofrendas y rituales. Se realiza un recorrido a través de los cultos paganos que aún perviven en la actualidad, como el satanismo moderno y los ritos esotéricos y mágicos. Aparecen en escena personas que tienen la capacidad de conectar con "fuerzas invisibles", así como con ángeles y demonios. Intervienen Anton Lavey, fundador de la "Iglesia de Satán", Michael Aquino, fundador de "El Templo de Set", Álex Sanders, considerado el rey de los brujos en el Reino Unido; y H. R. Giger, el artista suizo de lo oculto y creador de Alien. Este documental se emitió en España en el programa "A través del espejo" (TVE), de fecha 19-01-90.

En el año 1985 el cometa Halley vuelve a surcar los cielos cercanos al planeta Tierra. Para investigarlo más de cerca el gobierno británico manda la nave espacial tripulada Churchill que se coloca en su estela. Allí comprueba que le acompaña una nave extraterrestre, en la que hay seres de otro mundo fosilizados junto a tres especimenes que parecen en buen estado. Tras recuperarlos las comunicaciones con la Tierra se cortan, por lo que se envía una nave de rescate que no encuentra vivos más que los restos de los seres alienígenas. Mientras son estudiados, estos extraterrestres, uno con aspecto de mujer y dos de hombre, despiertan del sueño y comienzan a absorber la fuerza vital de cada persona que se pone en su camino. Sorprendentemente el comandante de la misión al Halley aparece vivo y acaba por ser el único recurso para salvar al planeta de una plaga de zombies que se va extendiendo por todo Londres provocando un inmenso caos. La trama de Lifeforce, fuerza vital es tan enrevesada y fantástica que no sería posible sintetizarla aquí, no tanto porque sea compleja, que lo es, sino por lo increíble que suena. Diremos tan sólo que involucra la invasión de una raza extraterrestre de vampiros espaciales que, bajo la forma de cuerpos humanos idealizados, descienden de una nave en forma de aguja gigantesca que dormitaba en el interior del Cometa Halley en busca de la energía vital del Planeta Tierra, al que pronto sumirán en un caos catastrófico final. Estos vampiros tienen la capacidad de chupar la energía de sus víctimas, que es representada en la película con la forma de rayos eléctricos luminosos, convertidos entonces en zombis descerebrados que han de seguir cosechando energía eléctrica de otros humanos y canalizarla hacia la nave de los vampiros, o se arriesgan a convertirse en una explosión de cenizas. A medida que los zombis disecados en los que quedan convertidos los seres humanos por el drenaje energético de los vampiros espaciales se lanzan a una carrera desenfrenada por seguir drenando energía de otros o condenarse a perecer. Consume o muere, aunque el consumo desenfrenado te conducirá antes o después a la misma muerte. El planeta entero se convierte así en un transistor eléctrico en plena potencia en unas últimas escenas tan espectaculares como suenan, y que hacen de Lifeforce, fuerza vital otro precedente no reconocido del famoso tópico del rayo gigantesco de energía apuntando al cielo, repetido hasta la náusea (o la hilaridad) en las superproducciones de nuestros días.