ManifiestoPCM
Manifiesto del PCM a la clase obrera y a los sectores populares de México
La alternativa revolucionaria frente a la crisis
Hoy, 20 de Noviembre del 2020, se cumplen 101 años del inicio de actividades del movimiento comunista en México, a partir del despliegue de actividades de la Sección Mexicana de la Internacional Comunista. También se cumplen 26 años del proceso de reorganización del Partido Comunista de México, iniciado en 1994. En este momento en nuestro país la irresponsabilidad del gobierno socialdemócrata de López Obrador, privilegiando los intereses de los monopolios, las ganancias de los capitalistas, condenó a la clase obrera y a los sectores populares a un millón de contagios por el COVID-19 y a 100,000 muertes hasta ahora. Estamos entrando a la segunda etapa de esta pandemia con militarización, política antiinmigrante, ataques a los derechos de la clase obrera y una agresiva política para la desvalorización del trabajo. Frente a la crisis capitalista en curso, frente a la crisis sanitaria, esta es la propuesta del Comité Central del Partido Comunista de México.
I. Los comunistas y la situación actual
Desde hace casi dos siglos, con la publicación del Manifiesto del Partido Comunista en 1848, se propuso un programa de transformación de la realidad basado en el análisis científico de la sociedad. Los elementos centrales de ese documento son aún vigentes, en medida que la sociedad capitalista actual continúa funcionando en esencia, de la misma forma que hace dos siglos: la gran riqueza producida por los trabajadores es acumulada por un pequeño número de propietarios, mientras la mayoría de los productores viven en situación de miseria y pobreza.
La carencia económica de los trabajadores y la descomposición social derivada de ésta, ha hecho que a nivel mundial la humanidad enfrente dos grandes crisis: la sanitaria y la económica. Se ha presentado a la segunda como consecuencia de la primera, sin embargo, esto es falso: las crisis económicas son inherentes al capitalismo, forman parte del proceso de concentración de la riqueza en manos de los monopolios y el empobrecimiento de la clase obrera. La presente crisis económica se venía gestando desde finales del 2019, no obstante, la pandemia generada por el virus SARS-CoV-2 la aceleró.
El surgimiento del virus y su propagación a nivel mundial, no tuvieron por artífice a grupos empresariales o potencias capitalistas, como sugieren las erróneas teorías de la conspiración. No obstante, el sistema capitalista sí es responsable de la forma en que se ha enfrentado la emergencia sanitaria y de los costos sociales y humanos que ha dejado: más pobreza, enfermedad y muerte de millones de trabajadores y sectores populares de la sociedad. En suma, el virus no fue el causante, sólo un elemento más para que los monopolios desencadenaran y profundizaran sus medidas anti-obreras y anti-populares para eludir los costos de la crisis económica de sobreproducción y sobreacumulación en curso.
En el mundo ha habido dos formas en que los Estados han enfrentado la actual emergencia sanitaria. La primera ha consistido en contener la pandemia con medidas de confinamiento riguroso, lo que implicó la suspensión de actividades productivas y por tanto una pérdida temporal de una parte de las ganancias de los grandes monopolios, la segunda implementó una gestión de la pandemia en la que el saldo de enfermos y fallecidos tuviera un límite, esto requirió pocas medidas de confinamiento para no afectar los intereses de los monopolios, así como retrasar la toma de medidas que implicaran el cese de la producción y la actividad económica.
El objetivo de ambas formas ha sido el resguardo de la riqueza y las ganancias de los monopolios, las dos implicaron sacrificar la vida de millones de trabajadores a costa de que continúe el enriquecimiento de los empresarios, el saldo de ambas ha sido más pobreza para la clase trabajadora. Con ello, la sociedad capitalista demuestra que el interés de la máxima ganancia es el único motor de las políticas que el Estado implementa cuando sirve a los monopolios, esto es, cuando su carácter de clase es burgués.
Dado que la sociedad está dividida en clases sociales, el impacto de la crisis económica y sanitaria ha tenido diferentes repercusiones. Los grandes empresarios que conforman los monopolios, la clase de los capitalistas, han experimentado el proceso natural de la concentración de capital, es decir, un mayor enriquecimiento a costa de los que se van a la quiebra, lo que de forma global supone un proceso de concentración de la riqueza, así como el traslado de capital a las ramas de la producción que más ganancias les garantizan.
http://comunistas-mexicanos.org/partido-comunista-de-mexico/2256-manifiesto-del-pcm-a-la-clase-obrera
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