CONCLUSIONES:
El uso compulsivo de las máscaras faciales en población general sana, en particular en tiempos de epidemias de enfermedades transmisibles y contagiosas – por fuera de los ambientes de atención hospitalarios o de atención de la salud – conlleva riesgos para la salud no comunicados, omitidos o inadvertidos que superan los posibles beneficios de su aplicación. El público en general no comprende el uso correcto de las mascarillas y el riesgo que eso implica, además de lo comunicado para prevenir infecciones. Debido a que el uso de mascarillas tiene altas probabilidades de efectos patógenos sumados por varios factores ambientales incluyendo los biológicos con relación a los posibles beneficios, no se recomienda el uso comunitario coercitivo y masivo de las mismas.