La región del Toubkal está salpicada de poblados bereberes colgados de las laderas: casas de barro, algunas de piedra, rojizas, en todos sobresale algún minarete. Se camuflan, pero muy bien. Arriba, montañas nevadas; alrededor, cuestas empinadas, barrancos, terrazas con nogales, cereales... Y vas por caminos de mulas, a la que pasan criajos con sus mochilas, ancianos subidos al lomo de burros, y entras en otro mundo, jurarías que en algún momento se paro el tiempo: el gallo corretea por la callejuela, a la que ves una mirada furtiva desde una ventana, una sonrisa, unas palabras que no entiendes, unos gestos qué sí... "#Imlil, Imlil", mientras señalas calle abajo, por así decirlo. Y asiente. Y vas caminando por el valle, terminas el día, mientras vienen a tu cabeza imágenes de un andar hacia arriba, entre terrazas, regadas, un hombre mayor de cara curtida, con una azada puntiaguda al hombro, guiando el agua del arroyo entre bancales. Y tampoco entiendes esas palabras, pero dirías que son un por aquí mejor no... Y tratas de gesticular: cuando baje el sol, volveré. Y, ahora, mientras vas valle abajo, sabes para tus adentros, que eso es un cambio entre tiempos. Puedes encontrar más inspiración para tus aventuras en mi canal https://lbry.tv/@eduazcona:d Se agradece el 'Support'.

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