LOS ULTIMOS CABALLEROS TEMPLARIOS EN TOMAR - JOSE LUIS GIMENEZ & XAVIER GARCIA
El Convento de Cristo, en Tomar, Portugal, constituye el último refugio de los templarios en la Península.
Ningún acta o documento contemporáneo relata el nacimiento hacia 1120 en Jerusalén, del primitivo núcleo de los “pobres caballeros de Cristo”, los Templarios, la primera y más famosa de las órdenes militares.
Clemente V, ex arzobispo de Burdeos, se coronó como papa en 1305 y trasladó la sede pontificia a Avignon, donde permaneció durante setenta años.
En la noche del 12 de octubre de 1307 tropas de Felipe asaltaron el templo parisino y arrestaron a los presentes, incluido el gran maestre, Jacques de Molay.
Tras un larguísimo proceso, lleno de irregularidades, torturas, falsos testimonios y confesiones increíbles, en 1312 la bula papal Vox in excelso declara disuelta la orden. El propio papa reconoció que se carecía de pruebas fehacientes contra los templarios, pero que él mismo estaba convencido de su culpabilidad.
Tras un larguísimo proceso, lleno de irregularidades, torturas, falsos testimonios y confesiones increíbles, en 1312 la bula papal Vox in excelso declara disuelta la orden. El propio papa reconoció que se carecía de pruebas fehacientes contra los templarios, pero que él mismo estaba convencido de su culpabilidad.
En ese momento Jacques de Molay instó a Felipe y a Clemente a preparase para el Juicio Final, y a rendir cuentas ante Dios. Realidad o ficción, lo cierto es que pocos días después Clemente murió, y el rey lo hizo ese mismo otoño. Además, sus tres hijos y sucesores murieron jóvenes, dando origen a la leyenda de la maldición templaria.
Desde mediados de 1200 habían surgido varias ordenes militares de carácter nacional, fuertemente ligadas a las monarquías. En Portugal, el rey Dinis fundó la orden de los Combatientes de Cristo, avalada por el papa Juan XXII en 1319, y levantada sobre los restos, materiales y espirituales, del Temple en el reino luso. Aunque se estableció su sede en Castro Marim, ya en 1357 se había trasladado a Tomar. Su período de gloria corresponde con el principio del siglo XV, con el infante Enrique el Navegante como gran maestre de la orden (1418-1460).
La gran fortuna acumulada les permitió financiar los grandes descubrimientos y fueron numerosas las carabelas que recorrieron los océanos enarbolando la gran cruz roja, su emblema. Los caballeros de Cristo subsistieron como orden militar hasta su secularización en 1780, y hoy día sigue siendo la mayor distinción honorífica de Portugal.
El castillo templario, de 1160, construido para garantizar el avance cristiano hacia el sur, es el origen del Convento de Cristo. Su estructura más llamativa es la charola, la rotonda fortificada que se concluyó durante la primera mitad del siglo XIII y que sigue el modelo del Santo Sepulcro de Jerusalén. Es una construcción octogonal con dos pisos sostenidos por ocho pilares, y una girola con bóveda anular que separa este octógono del polígono exterior de dieciséis lados. Se encuentra decorada con pinturas y estatuas de madera policromada.
El manuelino tiene aquí el que tal vez sea su mejor exponente, la Janela, ventana, del arquitecto Diego de Arruda esculpida entre 1510 y 1513. A partir de las raíces de un alcornoque, sostenidos por el busto de un capitán, la ventana se enmarca en dos mástiles con múltiples entorchados. La decoración marina permite ver corales, algas, cabos, maromas, corcho, cadenas… Rematan el conjunto los emblemas del rey Manuel II, y se hace alusión al Toisón de Oro y a la orden de la Jarretera.
Leer la piedra, identificar señales, recorrer este espacio fortificado en busca de significados, uno se siente dentro de estas edificaciones como en una novela.
Referencia de Guisante Verde Project (2013).
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https://www.youtube.com/watch?v=m2ilgUmH5Xo