La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto militar global que se desarrolló entre 1939 y 1945. En ella se vieron implicadas la mayor parte de las naciones del mundo, incluidas todas las grandes potencias, agrupadas en dos alianzas militares enfrentadas: los aliados de la Segunda Guerra Mundial y las potencias del eje. Fue la mayor contienda bélica de la historia, con más de cien millones de militares movilizados y un estado de «guerra total» en que los grandes contendientes destinaron toda su capacidad económica, militar y científica al servicio del esfuerzo bélico, borrando la distinción entre recursos civiles y militares. Marcada por hechos de enorme repercusión que incluyeron la muerte masiva de civiles -el Holocausto, los bombardeos intensivos sobre ciudades y el uso, por única vez, de armas nucleares en un conflicto militar- la Segunda Guerra Mundial fue la más mortífera de la historia con un resultado de entre 50 y 70 millones de víctimas, el 2,5 % de la población mundial.
La Gran Pirámide de Guiza —conocida como Pirámide de Keops— ha sido objeto de estudio durante siglos. La colosal escala del monumento ha suscitado innumerables teorías sobre los métodos empleados en el tallado de los bloques, su traslado y su construcción. Hoy se sabe que el granito empleado en partes del interior procedía de una cantera de Asuán, a más de 800 kilómetros de distancia, y que fue transportado en barcos por el Nilo, mientras que los bloques de caliza que componen la mayor parte de la estructura y el antiguo recubrimiento se extraían de canteras cercanas a la obra.
En los últimos años, varios descubrimientos han venido a esclarecer algunos detalles sobre el making of de la Gran Pirámide. Durante las excavaciones de un antiguo puerto del mar Rojo, en 2013, el egiptólogo francés Pierre Tallet encontró unos papiros que incluían el diario de Merer, uno de los supervisores de la construcción de la pirámide. En 2014 el estadounidense Mark Lehner, al frente de la Ancient Egypt Research Association (AERA), halló junto a las pirámides las ruinas de un puerto que servía para transportar los materiales a través de canales en el Nilo. Los hallazgos en la ciudad asociada confirmaron que los obreros no eran esclavos, sino trabajadores cualificados y bien alimentados.
Una vez que los bloques de piedra llegaban al puerto de Guiza, había que acarrearlos hasta la obra y colocarlos. Todo ello sin ruedas ni poleas, que aún no se empleaban. Es aquí donde la ciencia experimental ha aportado pistas útiles. Al transportar un trineo con una pesada carga, basta humedecer la arena en el grado justo para reducir la fricción y por tanto el esfuerzo, tal como demostró en 2014 un equipo de físicos dirigido por Daniel Bonn, de la Universidad de Ámsterdam.
Fueron los propios antiguos egipcios quienes le proporcionaron a Bonn la pista clave: una pintura en la tumba de Djehutihotep, del 1900 a.C., muestra a un grupo de hombres arrastrando una estatua sobre un trineo
El monstruo del lago Ness, familiarmente llamado Nessie, es el nombre de un animal legendario que se dice que habita en el lago Ness, un profundo lago de agua dulce cerca de la ciudad de Inverness, en Escocia. Junto con Pie Grande y el Yeti, Nessie es quizá el «misterio» más difundido de la criptozoología.
La mayoría de las descripciones modernas sobre el aspecto del monstruo indican que existiría una criatura que se asemejaría a los extintos plesiosaurios, unas criaturas acuáticas prehistóricas. Así, la descripción moderna que se le da normalmente sería similar a la que presentan los fósiles de plesiosaurios pertenecientes a la era mesozoica; que indican que este animal prehistórico debió ser un animal físicamente enorme, con un cuello alargado, una cabeza pequeña y dos pares de aletas de propulsión bajo el agua. La debatida hipótesis de la conexión de plesiosaurio con el monstruo del lago Ness, hizo que se convirtiera en un asunto popular en el inicio del campo de la criptozoología.
La peste negra es la pandemia más devastadora en la historia de la Humanidad. Afectó a Eurasia en el siglo XIV. Alcanzó su punto máximo entre los años 1347 y 1353. Es difícil conocer el número de fallecidos, pero en el siglo XXI las estimaciones fueron de 25 millones de personas solo en Europa, representaba aproximadamente un tercio de la población total europea.
La pandemia se inició en primer lugar en Asia, para después llegar a Europa, a través de las rutas comerciales. Introducida por los marinos, la epidemia dio comienzo al sur de Italia en la ciudad de Mesina. Algunas áreas quedaron despobladas, otras estuvieron libres de la enfermedad o solo fueron ligeramente afectadas.
El triángulo de las Bermudas está formado por 1,1 millón y medio de kilómetros cuadrados en alta mar dentro de un triángulo equilátero (de ahí su nombre) que forman las puntas de las islas Bermudas, Puerto Rico y Miami en Florida, Estados Unidos.
Este triángulo imaginario encierra un secreto dentro de ella: cientos de barcos han desaparecido desde que se tiene noticia de este lugar, casi cien aviones –que se sepa– y miles de personas. ¿Están todos ellos en el fondo del mar? ¿Han ido a otra dimensión? ¿Están hundidos con la ciudad perdida de la Atlántida? Probablemente no, pero al ser humano siempre le ha gustado añadir un poco de leyenda a fenómenos que no ha podido demostrar.
Hay una fecha que marca el inicio de este misterio: el año 1945. Una cuadrilla de 5 aviones de la marina de Estados Unidos que sobrevolaban la zona desaparecieron. Incluso desapareció un sexto aparato, un avión de emergencia Martin Mariner que acudió al rescate de los cinco primeros. Desaparecieron 27 personas sin dejar rastro. ¿La última comunicación que se tuvo con ellos? Uno de sus miembros aseguró que estaban completamente perdidos y que no sabían qué rumbo tomar. Después… nada.
Por otro lado, la primera noticia escrita que se tiene es en el año 1950 de la pluma del periodista sensacionalista Edward Van Winkle Jones, que escribió en el diario Miami Herald acerca de la extraña desaparición de un gran número de barcos en las costas de las Bahamas. Dos años después se sumó a este misterio el escritor George X. Sand, que aseguró que en la zona había unas misteriosas desapariciones marinas y más adelante, en el año 1964, la revista de artículos de ficción Argosy Magazine publicó un completo artículo titulado «El mortal Triángulo de las Bermudas» en el que hablaba de extrañas desapariciones, fenómenos paranormales y misterios que hacían que quién navegaba esas aguas automáticamente desaparecía.