En el video la oración está comprimida, yo quería dejarselas completa pero no cabe. Les dejo el enlace para que l puedan descargar. (solo está en italiano y en portugués)
https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/it/prayers/documents/hf_jp-ii_19820513_fatima.pdf Esta oración es en la que debería de haber consagrado a Rusia, pero como diría el Cardenal Ratzinger, ahora el Papa Benedicto, les torcieron el brazo para que se callaran. De todas maneras es una oración muy reveladora y muy poderosa.
La traducción la hice por medio de google.
Oh Madre de los hombres y de los pueblos , tú que "conoces todos sus sufrimientos y sus esperanzas", tú que sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas, que sacuden el mundo contemporáneo, acoge nuestro grito que, movidos por el Espíritu Santo, nos dirigimos directamente a tu Corazón y abrazamos,
con el amor de la Madre y del Siervo, este mundo humano nuestro, que te encomendamos y consagramos, lleno de inquietudes por el destino terrenal y eterno de hombres y pueblos.
De modo especial os encomendamos y consagramos a aquellos hombres y aquellas naciones, que así encomendadas y consagradas especialmente necesitan.
En virtud de esa consagración, los discípulos de todos los tiempos están llamados a comprometerse con la salvación del mundo, a añadir algo a los sufrimientos de Cristo en favor de su Cuerpo que es la Iglesia (cf.2 Co 12 , 15 ; Col 1:24).
Ante ti, Madre de Cristo, ante tu Inmaculado Corazón, deseo hoy, junto con toda la Iglesia, unirme a nuestro Redentor en esta consagración suya por el mundo y por los hombres, que sólo en su divino Corazón tiene poder. para obtener perdón y procurar reparación.
El poder de esta consagración perdura para todos los tiempos y abraza a todos los hombres, pueblos y naciones, y supera todo mal que el espíritu de las tinieblas es capaz de despertar en el corazón del hombre y en su historia y que, de hecho, ha despertado en nuestros tiempos.
La Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo , se une a esta consagración de nuestro Redentor a través del servicio del Sucesor de Pedro .
¡Oh, cuánto sentimos la necesidad de la consagración para la humanidad
y para el mundo: para nuestro mundo contemporáneo, en unidad con Cristo mismo!
La obra redentora de Cristo, de hecho, debe ser compartida por el mundo a través de la Iglesia.
¡Oh, cuánto nos duele, por tanto, todo lo que en la Iglesia y en cada uno de nosotros se opone a la santidad y a la consagración!
¡Cuánto nos duele que la invitación a la penitencia, a la conversión, a la oración, no haya tenido la acogida que debería tener!
¡Cuánto nos duele que muchos participen tan fríamente en la obra de la redención de Cristo! Que "lo que
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https://www.youtube.com/watch?v=cSM3YqfEXZ0