La noche estrellada es una de las obras maestras del pintor neo-impresionista Vincent Van Gogh. Aunque muchos conocen algunas de sus obras, pocos saben la historia tormentosa de su vida. Sin embargo, su situación económica y emocional nunca interfirió en su productividad, Van Gogh pintaba, al menos, un cuadro diario, mientras que sus contemporáneos tardaban meses en pintar uno solo.
También conocida como La Mona Lisa, realizada por Leonardo Da Vinci, sin duda se gana el título de la pintura más conocida en el mundo. Su misteriosa sonrisa es lo que intriga a millones de personas; hoy se sabe que la sonrisa fue pintada con colores que se aprecian mejor con la vista periférica. La Gioconda es el cuadro más famoso que existe. De ahí que aunque nunca se haya subastado, si lo fuese, probablemente alcanzaría la cifra más alta de la historia del arte.
Es un fresco en el techo de la Capilla Sixtina, pintado por Miguel Ángel alrededor del año 1511. Ilustra el episodio bíblico del Génesis en el cual Dios le da vida a Adán, el primer hombre (según la tradición bíblica).
El Grito es el título de cuatro cuadros del noruego Edvard Munch. La versión más famosa se encuentra en la Galería Nacional de Noruega y fue completada en 1893; otras dos versiones del cuadro se encuentran en el Museo Munch, también en Oslo, mientras que la cuarta versión pertenece a una colección particular. Esta obra fue considerada en su época como arte demente y degenerado. Sus robos, en 1994 y en 2004, permitieron darle un poco de publicidad. Sin embargo, la fama proviene de su aparición en una portada de la revista Times.