A nadar en Cuenca. En los recuerdos de los Cuencanos se encuentran muchos lugares en los que se aprendía a nadar. Si bien es bastante conocida la historia del "Hondo del Otorongo" y las enormes piedras para clavados que quedaban y quedan aún frente al Colegio de los Sagrados Corazones, también existían otros lugares bastante concurridos y que en ocasiones especiales como el Carnaval y a continuación el baño del Miércoles de Ceniza, se llenaban. El Tomebamba, más tarde Julián bautizado, siempre fue fuente de agua para consumo, sus orillas: espacio para lavar la ropa pero también por su naturaleza verdaderos espacios de distracción. Muchos "Hondos" se mencionan o aparecen en historias o anécdotas de nuestros Padres y Abuelos. ..." Enseñando esta fotografía sabrás que se trata de uno de los primeros lugares de distracción: el Hondo del Vado"... El Hondo del Vado , una "considerable" piscina natural según me cuentan ubicada a escasos metros del puente que lleva el mismo nombre y que sobrevive activamente hasta los años 1930-1940, años en que empieza a crecer y afianzarse el Barrio el Vado y sus alrededores. Avanzando contra corriente, en los años 1950-1960 y 1970, la natación se desplaza y aparece un sitio popular: el "Hondo del Otorongo", que aunque no lo crean, y a pesar de la cantidad de agua de nuestro río en cuestión, era verdaderamente hondo. Fue el lugar favorito de los chicos para ejecutar clavados "artísticos". Su profundidad era tal que aunque -yo sé podría estar exagerando- no se lograba sentir el fondo o lecho del río. Enormes piedras reposan en la orilla y se convierten en el testimonio vivo de un lugar que reposa en la memoria cargado de recuerdos. Contracorriente y avanzando se encontraba "El Hondo del Muro". Su nombre se debía a un muro abandonado a su suerte que había sido levantado en las orillas del río, en los terrenos y alrededores de la Embotelladora Cuenca Bo. hoy cercanos al Coliseo. Aguas frías y profundas, espacios amplios, convocaban a grandes y chicos. Recuerdos que reposan en la memoria de quienes ven al Julián, Tomebamba como algo más que un río, y a estos lugares como sensaciones del tiempo que logran reflejar risas, quizá llantos. Más de uno debe haberse golpeado, más de uno debe haberse casi ahogado, más de uno debe haber disfrutado y más de uno debe haberlo contado. Con Uds. El Barranco, el naciente Barrio y su hondo, el Hondo del Vado. Ca. 1913-1922 Fotógrafo Manuel Jesús Serrano. Archivo Proyecto Fotografía, Historia y Color. Donación anónima. R-PFHC- Proyecto Fotografía, Historia y Color. #FHC, #Fotohistoria, #Recupera, #PatrimonioAzuay, #PatrimonioCuenca