Cuando te sientas verdaderamente importante, no te hará falta recordárselo a los demás.
Es cuando se necesita que los demás reconozcan tu valía, cuando tu valía no está suficientemente reconocida por ti mismo.
No te esfuerces más en demostrar a los demás, pero sí a ti mismo tendrás que convencerte de la valía de esos talentos valerosos que te saben destacar. Buen cometido entonces el detectarlos (toma de consciencia), potenciarlos y explotarlos.
Observando lo valioso que ven en ti, podrás encontrar los talentos que te proporcionen ser más feliz.
Son los apegos, los que a veces vencen a las virtudes, y confunden lo que queremos, por lo que al final, no son óptimos los resultados que pretendemos.
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