La meticulosa pesquisa llevada a cabo por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha culminado en la elaboración de un informe revelador, desentrañando los hilos de la intrincada trama de sobornos protagonizada por Koldo, la cual salpica no solo a José Luis Ábalos, sino también a varios ministros de renombre. Este meticuloso dossier ha sido remitido al magistrado de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, confiriéndole la delicada tarea de discernir la verdad tras los velos de la corrupción. Para los avezados investigadores, la red de corruptelas no era un mero entramado horizontal, sino que se erigía como una pirámide de poder, con la presencia ominosa de un "superjefe" que eclipsaba tanto a Ábalos como a Koldo en su jerarquía. Los diligentes agentes de la UCO han plasmado en sus informes la existencia de una estructura organizativa jerarquizada dentro de la trama. Sin embargo, el velo del anonimato parece cubrir al líder supremo de esta maraña de ilegalidades, pues ni Koldo ni los comisionistas han hecho alusión a su identidad en las interceptaciones telefónicas. No obstante, en los diálogos intervenidos, se insinúa la existencia de material comprometedor, particularmente fotografías, relacionando a un intermediario de mascarillas con un ministro, aunque sin revelar nombres concretos. En la actualidad, los esforzados investigadores se afanan en seguir el rastro del material aludido en las comunicaciones interceptadas. Según las revelaciones obtenidas de las conversaciones de Koldo, alguien alertó al grupo, bajo sospecha de formar parte de una organización criminal, sobre la existencia de una pesquisa en curso, lo cual precipitó la eliminación de evidencias, incluido el mencionado material comprometedor. Las conversaciones telefónicas desentrañan un entramado donde los nombres son apenas susurros velados, utilizando apodos como escudos de identidad. Frases como "No le hagas caso, él tiene fotos con el superjefe" o "El superjefe ya sabe quién es quién en esta historia" sugieren una atmósfera de misterio y temor que envuelve a la red. La prudencia era norma: "No se puede mencionar por teléfono", se advierte en una de las conversaciones. Más allá de los alias, los comunicados de la red se teñían de un lenguaje críptico, con términos como "Perro", "Pitbull", "Búfalo" o "Guau guau" utilizados para disimular las identidades. Desde el estallido de la operación Delorme, una de las revelaciones periodísticas más impactantes ha sido la publicación por parte de El Debate de una fotografía donde aparece el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a uno de los miembros de la trama. En la instantánea, el empresario cántabro Jacobo Pombo, identificado por el magistrado como un "intermediario" de la red junto a Ábalos, comparte escenario con el líder gubernamental, arrojando luz sobre los oscuros vínculos que conectan el poder político con la red de corrupción. ... https://www.youtube.com/watch?v=py3qP_lgJkQ