Jesús reprende a la multitud ya que lo buscan solo porque les dió de comer. El Maestro nos enseña que a diferencia del maná que dió Moises y muchos murieron, Jesús es el pán que bajó del cielo para dar vida eterna a aquel que cree.
El desierto fue el lugar donde Jesús pasó 40 días sin comer con el propósito de prepararse para la gran misión que le había sido encomendada por el Padre.
Durante ese tiempo no solo pasó hambre sino también fue tentado por satanas para derribarlo pero Jesús se mantuvo fuerte y se defendió a los ataques por medio de la Palabra de Dios.
Un hombre busca a Jesús para ser sanado. A pesar del rechazo de los fariseos Jesús lo sana pero además nos enseña como la misericordia de Dios está muy por encima de las tradiciones humanas.
Cristo puso como ejemplo a Marta (hermana de Lázaro) para enseñar sobre la importancia de confiar en Dios y no preocuparse en exceso por las cosas materiales y terrenales. Jesús enseñó que el afán y la ansiedad por las cosas de este mundo pueden alejarnos de nuestro propósito y misión en la vida.
En Mateo 6:25-34, Jesús dice: "Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?
Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?"
Jesús continúa enseñando que si buscamos primero el reino de Dios y su justicia, todas estas cosas nos serán añadidas. Es decir, si nos enfocamos en nuestras necesidades espirituales y en obedecer a Dios, Él se encargará de nuestras necesidades materiales.
Por lo tanto, el afán y la ansiedad son vistos como algo que puede interferir en nuestra relación con Dios y en nuestra capacidad de hacer su voluntad. En lugar de preocuparnos en exceso por las cosas de este mundo, debemos confiar en Dios y buscar su reino y su justicia en todo momento. Recordemos siempre que todo lo que Dios nos pide es por nuestro bien, nada para nuestro mal.
La reacción de los discípulos
es un claro ejemplo de como,
a pesar de que miramos
los milagros de Dios
a nuestro alrededor,
seguimos actuando como
si no los hubieramos visto.
Por segunda vez son enviados más discípulos a ejercer la Gran Comisión con la autoridad de Jesús. Actualmente hace mucha falta que los cristianos se comprometan a seguir llevando el mensaje del evangelio a este mundo cada vez más perdido.
Un milagro más de Jesús, sanando a un paralítico que por varios años había estado sufriendo la parálisis de sus piernas. Algo notable de esta sanación es que Jesús le dice "ya no peques más para que no te venga algo peor".
Juan Bautista predicó fuertemente a la gente el bautismo de arrepentimiento, anunciando la llegada de Jesús como el Mesías anunciado por los profetas en la antiguedad. Su mensaje no fue bien recibido por los religiosos de aquellos tiempos debido a que estaban completamente corrompidos por la ambición y el poder al amparo del imperio romano.