El altar tiene doce metros de altura. Es de orden corintio.
En forma de baldaquino, se levanta sobre una plataforma de tres gradas, amplia base con tres mesas donde se celebraron misas hasta la reforma del Vaticano II, y ocho esbeltas columnas. Lo rematan tres ángeles dorados, de tamaño natural, que llevan emblemas alegóricos a los misterios del rosario. Sobre la cornisa del frente están apoyados dos angelitos que sostienen el anagrama de “María”. En medio está suspendido el milagroso cuadro de Nuestra Señora entre nubes de plata y rayos dorados.