ASPERSIÓN PASCUAL CON EL AGUA BENDITA.
Los Sacramentales - El agua bendita.
Por: Padre José María Iraburu | Fuente: Infocatolica.com
-Un cura me dijo que después del Concilio ya estas cosas, agua bendita y demás, no tienen sentido.
-Dígale que se lea la constitución Sacrosanctum Concilium (60-61) del Vaticano II, y que nos explique cómo del Concilio, que elogia los sacramentales, pueden proceder su menosprecio y su desaparición.
El agua bendita es un sacramental, instituido por la Iglesia, y usada con fe y devoción, purifica al cristianos de sus faltas veniales. Las bendiciones de personas y de cosas van acompañadas de algunos signos, y los principales son la imposición de manos, la señal de la cruz, el agua bendita y la incensación (Bendicional 26). El agua bendita es constituida por la bendición del sacerdote o del diácono (ib. 1224-1225), y como todos los sacramentales, "tiende como objetivo principal a glorificar a Dios por sus dones, impetrar sus beneficios y alejar del mundo el poder del maligno" (ib.11),
El agua bendita "gozó siempre de gran veneración en la Iglesia y constituye uno de los signos que con frecuencia se usa para bendecir a los fieles" y también a los objetos. "Evoca en los fieles el recuerdo de Cristo… que se dio a sí mismo el apelativo de "agua viva", y que instituyó para nosotros el bautismo, sacramento del agua, como signo de bendición salvadora" (ib. 1223).
-Los judíos no bendecían el agua, considerándola, a diferencia de otros pueblos, una criatura bendita por sí misma, y le daban un uso religioso como elemento de purificación. Una ablución total es prescrita antes de la unción sacerdotal de Aaron y de sus hijos (Ex 29,4). Y después de la época de cautividad, el agua se empleaba en Israel como un bautismo de conversión y purificación, semejante al de Juan el Bautista. Los que se convertían, confesaban sus pecados, y mientras oraban, recibían del bautizador el agua purificadora (Mc 1,4.8; Mt 3,6.11; Lc 3,3.16.21). En Babilonia, en Grecia, en Roma, también se practicaban ritos de purificación mediante el agua. Tertuliano (+220) describe los ritos de purificación de personas, objetos y lugares mediante el agua, que eran usuales entre los romanos (De baptismo V).
El libro de los Números habla de "un agua de expiación", que era ritualmente preparada y empleada (19,7-9). El libro de los Salmos refleja este uso: "rocíame con el hisopo, y quedaré limpio; lávame: quedaré más blanco que la nieve" (Sal 50,9). Y el Señor promete: "derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará; de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar" (Ez 36, 25). En la tradición bíblica de Israel son muchas las indicaciones de veneración por el agua. El Espíritu divino planea sobre las aguas primordiales, dando vida por ellas a todas las criaturas (Gén 1,2).
Referencia bibliográfica: www.catholic.net
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