En la década del 70 en Estados Unidos aparecieron más de 10 mil casos de características muy similares a los que actualmente vemos en La Pampa y la región (donde aún no se registran una decena de sucesos). Uno de los estados más castigados por el «fenómeno» fue Nuevo México. Por tal motivo, en mayo de 1979 el FBI designó al agente Kenneth Rommel para que encabezara una investigación. Rommel había sido agente del FBI durante 28 años especializado en grandes crímenes de alta complejidad, y antes de retirarse de esa famosa repartición aceptó el caso de las mutilaciones. La investigación tuvo un año de duración, de donde surgió un reporte con más de 200 páginas y 50 repulsivas imágenes, fuertemente documentado con el aporte de especialistas de diversas áreas y personas involucradas en estos casos. En una conferencia de prensa en la que se presentó el informe, Rommel afirmó que los casos de mutilaciones que él analizó personalmente, y todos los demás, pueden ser atribuibles a causas naturales: animales atacados por otros animales. «La evidencia indica claramente que los cadáveres fueron dañados por predadores y/o carroñeros (aves, mamíferos y reptiles que se alimentan de animales muertos). Y en la mayoría de los casos el animal había muerto primero por causas naturales» dijo y agregó que no encontró ninguna fuente confiable o evidencia consistente que disintiera con esta conclusión. «Precisión quirúrgica» Los órganos que desaparecieron en los animales, argumentó Rommel, son los del tipo de tejido blando que los carroñeros carnívoros suelen preferir, una natural elección en lugar de luchar con el cuero. La ‘’precisión quirúrgica» de los cortes, a menudo reportada, era de hecho bastante dentada cuando se sometía al microscopio. Acerca de la ausencia de sangre en los cadáveres, el agente del FBI señaló que semejante afirmación es raramente sustentada cuando se practicaba una necropsia. Descubrió que es común que la sangre de animales muertos se deposite en las partes bajas del cadáver y que los restos de fluidos que puedan quedar en el cuerpo y en el piso sean consumidos rápidamente por los carroñeros.

Todo el mundo conoce las famosas pirámides de Egipto o las pirámides de Centroamérica pero, ¿conocíais la existencia de pirámides en lo que hoy es Estados Unidos? En las cercanías de San Luis, Missouri, en el siglo XVII, exploradores franceses llegaron a esta región y encontraron una serie de montículos artificiales que habían formado parte de un asentamiento abandonado unos siglos antes. Decidieron llamarlo Cahokia, como una tribu de la zona. Se desarrolló entre los ríos Mississippi, Illinois y Missouri. Es un yacimiento de la culturamisisipiana que se desarrolló a partir del siglo VIII; no fue hasta los siglos X-XIII cuando se construyeron estos montículos, unos 120 repartidos en 16 kms cuadrados. Los investigadores creen que pudo haber albergado en su mejor momento unas 40.000 personas, y si contamos la población de las aldeas vecinas, 100.000 personas que suministraban alimentos y otras materias primas a esta urbe. La cultura misisipiana creó una red comercial que se extendía desde el Golfo de México en el sur, hasta los Grandes Lagos y los Montes Apalaches, en el norte, y desde el Este al Medio Oeste de Estados Unidos. Su origen no es claro, posiblemente surgió como un centro religioso de peregrinación que provocó su desarrollo y posterior crecimiento. Ciertamente, los hallazgos que ha proporcionado el yacimiento parecen confirmar esta hipótesis. Este yacimiento ha revelado varias zonas claramente diferenciadas. Entre ellas encontramos al oeste de la ciudad un círculo de postes de madera, o Woodhenge, dedicado a la observación astronómica y que fue reconstruido en diversas ocasiones durante 300 años. Podríamos decir que la estructura que vertebra este yacimiento es el Túmulo del Monje formado por cuatro terrazas. Mide 30,5 metros de alto por 316 metros de largo y 241 metros de ancho. En la cima se situaba un edificio de unos 30 metros de largo, 14 metros de ancho y 15 metros de alto, lugar de residencia de “el Gran Sol”o gobernante local. Plaza central de Cahokia La población que no pertenecía a la nobleza no podía acceder a la parte superior. El amplio de la población, por su parte, se organizaba en pequeños barrios. Excavaciones arqueológicas han sacado a la luz un taller de cobre que se dedicaba a realizar artesanía religiosa, como por ejemplo máscaras de nariz larga, pendientes para rituales, etc. Hay otra estructura, el Túmulo 72 donde se halló los restos de un hombre de unos cuarenta años que yacía sobre un nivel de conchas, unas veinte mil aproximadamente, formando la figura de un halcón. A su lado una mujer. Se cree que este hombre pudo ser un gobernante local, debido a su ajuar. La cabeza del difunto coincide con la forma de la cabeza del halcón, los brazos con las alas y las piernas con la cola del animal. También han sido localizados más de 250 esqueletos. En algunos cuerpos se ha detectado que les faltaban cabezas o manos, lo que supone que podrían realizarse sacrificios humanos.Además, había otras dos cámaras donde se encontraron un una de ellas unos 40 cuerpos y en la otra, unos 50 cuerpos de mujeres jóvenes. Entonces, ¿cómo puedes ser que una ciudad tan grande, con esos lazos comerciales tan extensos, desaparezca sin dejar apenas datos de lo ocurrido? Cahokia, antes del año 1400, ya había perdido a más de la mitad de su población. Su población empezó a instalarse en otras regiones de la cuenca del Mississippi. Los que permanecieron siguieron ejecutando sus rituales en sus propios barrios y, debido a la descentralización religiosa, empezaron a construirse gran cantidad de túmulos como en ningún momento antes se hubo hecho. Se habla de varios motivos, entre otras, una emigración debido a un periodo de sequía demasiado largo provocado por un cambio climático ocurrido en torno al año 1200, disminución de los cultivos, caza excesiva, enfermedades por una aglomeración excesiva de personas, problemas políticos, invasiones de otros pueblos venidos del oeste, etc. Hoy en día ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.