La crisis debida a la pandemia de covid19 ha dejado desnudos a dos reyes a la vez: el organismo internacional brazo ejecutor de la ONU en temas de salud: la OMS. Y al Partido Comunista Chino PCCh, a cargo del poder en China desde hace 70 años.
China ha encarado una fuerte propaganda de humanización de régimen que consiste en donaciones y en patear la pelota afuera. Por ejemplo, Zhao Lijian, portavoz del Departamento del Ministerio chino de Exteriores se atreve a pedir transparencia a EEUU, sin hacerse cargo de que China estuvo enviando a este país miles de viajeros diarios entre noviembre y el 31 de enero, a sabiendas de que el virus era extremadamente contagioso. Esta actitud es la que tuvo no sólo con Estados Unidos sino con el resto del mundo. Con la ayuda de OMS, el Partido comunista chino repartió el coronavirus sin restricciones desde fines de 2019 hasta que el 30 de Enero se declaró la emergencia.

Frente a esto es importante recordar 2 cosas: La primera y más importante es que el culpable de esta pandemia es el régimen chino por se accionar político. La segunda es que no es necesaria la bestialidad totalitaria para combatir eficazmente el virus. Taiwan y Corea del Sur son ejemplos de coordinación, inteligencia y accionar científico.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se fundó en 1948 con el objetivo de garantizar para todo el mundo un nivel de salud lo más alto posible. Lamentablemente ha quedado desprestigiada y expuesta a la crítica internacional por la complicidad con el régimen Chino frente a la respuesta al brote de COVID-19. Ha llegado el momento de un liderazgo claro de la OMS basado en la ciencia, no en la política.
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