Declaración jurada de absoluta verdad. Sea notorio a todos los que se llaman “gobierno”, sus “cortes”, agentes y otras partes, que yo,____________________________________________, Soy un individuo soberano natural, nacido libre, sin sujetos. No estoy ni sujeto a ninguna entidad a ninguna parte, ni cualquier entidad esta sujeta a mí. Yo no domino a nadie, ni soy dominado. No soy una “persona” como se define en “estatutos” cuando tal definición incluye “entidades artificiales.” Me niego a ser tratado como una entidad “federal” o “estado” o “autonomico” creado, que sólo es capaz de ejercer ciertos derechos, privilegios o inmunidades que específicamente “concedidas” por los gobiernos “federal” o “estatal” o “autonomico”. Puedo elegir voluntariamente a cumplir con las “leyes” que otros tratan de imponerme a mí, pero no hay tales “leyes”, ni sus “ejecutores” tiene ninguna autoridad sobre mí. No estoy bajo ninguna “jurisdicción”, porque yo no soy sujetos del estado.A menos que haya dañado o violado a alguien o la propiedad de alguien sin su consentimiento voluntariamente, no he cometido ningún delito, y por lo tanto no estoy sujeto a ninguna sanción. Por lo tanto, sea conocido por todos, que me reservo mi derecho natural a no ser obligado a realizar bajo cualquier “contrato” que no haya entrado a sabiendas, voluntaria y deliberadamente. Por otra parte, no acepto el “pasivo” asociado con el obligado y el pretendido “beneficio” de cualquier “contrato” oculto o no revelado y/o “acuerdo comercial”. Como tal, los “contratos” ocultos o no revelados que supuestamente crean “obligaciones” para llevar a cabo, para las personas de estado del sujeto, son inaplicables a mí, y son nulas. Si he participado en ninguno de los supuestos “beneficios” asociados con estos contratos ocultos”,”lo he hecho bajo coacción, a falta de cualquier otra alternativa práctica. Puede que haya recibido tales “beneficios”, pero no los he aceptado de una manera que me ate a nada. Tal participación no constituye una “aceptación”, debido a la ausencia de la divulgación completa de cualquier oferta válida, y el consentimiento voluntario y sin falsedad o la coacción. Sin una oferta voluntaria válida y aceptación, a sabiendas entrado en por ambas partes, no hay un “acuerdo de voluntades”, y por lo tanto hay un contrato válido. Cualquier supuesto “contrato” esta, por tanto, sin efecto, desde el principio. Desde mi edad de consentimiento en la fecha fijada por debajo, nunca he firmado un contrato a sabiendas, voluntariamente, de forma inteligente, de forma voluntaria, y intencionalmente por el cual he renunciado a ninguno de mis derechos inherentes naturales, y, como tal, tomo nota de que revoco, cancelo, y hago vacío desde el principio mi firma en todas y cada uno de los “contratos”, “acuerdos”, “formas” o cualquier “instrumento” que pueda ser interpretado de ninguna manera a dar cualquier agencia o departamento de cualquier “gobierno” ninguna “autoridad “,” lugar “o” jurisdicción “sobre mí.

OPPT no es un movimiento, una creencia ni un partido político, es un hecho jurídico de alcance mundial sucedido en el año 2012. Y también es una información que cada uno tiene que investigar por sí mismo, para no delegar en ese “alguien” que nos diga qué es verdad y qué no. Para comenzar habría que tener en cuenta, que por más, que nos creamos competentes en la lectura y comprensión de documentos, los estamentos legales utilizan grados elevados de simbolismo; a sabiendas de que la gran mayoría de nosotros no estamos calificados para decodificarlo y usarlo a nuestro favor. Nuestra tarea es tratar de descifrar en algún grado ese simbolismo, ya que la estructura en la que funciona todo esto es en gran medida simbólica. Tengamos en cuenta que esta clase de procedimientos son muy antiguos y por más que no sepamos por qué, es así como ha venido funcionando durante siglos, sin que nos preocupáramos de averiguar cuál es nuestra verdadera relación con “el sistema”, y de qué manera interactúa con nosotros.