El 21 de diciembre, cuando caiga la noche, el cielo nos regalará uno de los eventos astronómicos más espectaculares del año.
Se trata de la "gran conjunción" de Júpiter y Saturno, un fenómeno en el que estos dos planetas estarán alineados de tal manera que parecerá que forman un planeta "doble".
Si bien estos dos planetas se encuentran en esta posición cada 20 años, el encuentro de 2020 es muy particular ya que han transcurrido casi 400 años desde que ambos estuvieron tan cerca el uno del otro, y cerca de 800 años desde que el encuentro tiene lugar por la noche, lo que hará posible que sea visible en casi todas partes del mundo, señala la NASA.
La cercanía, por supuesto, es una cuestión de perspectiva: en realidad estos dos planetas están separados por cientos de millones de kilómetros.
Si quieres aprovechar la ocasión para ver este fenómeno, que algunos astrónomos han bautizado como "el beso de Navidad"
Desde casi todas partes
No importa donde estés, la gran conjunción será visible desde casi todos los lugares de la Tierra, aproximadamente una hora después de que se esconda el sol.
Aunque se verá mejor cuanto más cerca estés de la línea del Ecuador, dado que allí durará más tiempo.
Claro que, como todo fenómeno astronómico, su visibilidad dependerá en gran medida de las condiciones meteorológicas: hace falta que no llueva y que el cielo esté despejado.
Por su luminosidad, se podrá ver sin binoculares o telescopio. Tienes que apuntar la mirada hacia el oeste, pero es importante que lo hagas desde un sitio despejado como un parque o un piso elevado, sin nada frente a ti que te obstaculice la visión y, en lo posible, con poca contaminación lumínica.
Si tienes un telescopio pequeño o un par de binoculares, puede que estos te permitan ver las cuatro lunas más grandes de Júpiter orbitando alrededor de este planeta gigante.
La excepcional alineación de Júpiter y Saturno que no ocurría desde la Edad Media
A simple vista, los dos planetas aparecerán casi "pegados" en el cielo del crepúsculo vespertino. El punto de luz más grande y luminoso es Júpiter.
En caso de que el tiempo no acompañe, paciencia, no te desanimes: en 20 años, específicamente el 31 de octubre de 2040, se volverán a acercar, aunque entonces no será tan espectacular como esta.
*Vómito de abeja o miel de abeja* Pues es cierto, la miel está hecha a partir del néctar de las flores, las abejas son las encargadas de extraerlo. Después de la extracción lo guardan en su estómago. Luego el néctar se mezcla con una enzima que está en la saliva de las abejas y que lo transforma en una composición química más adecuada para almacenarla por más tiempo. Cuando una abeja retorna a la colmena, le pasa el néctar a la boca de otra abeja, es decir, le vomita lo que ingirió. Este proceso se repite hasta que el néctar parcialmente digerido es finalmente depositado en un panal. Una vez en el panal el néctar sigue siendo un líquido viscoso (nada parecido a la miel que usas para comer). Para quitar toda el agua extra de la miel, las abejas ventilan la colmena con sus alas para acelerar el proceso de evaporación.
La miel es utilizada por los humanos desde tiempos remotos como endulzante, además tienen cualidades reconocidas. El color de la miel, su sabor, aroma y textura dependen del tipo de flor utilizada como fuente de néctary del tipo de abeja que la produjo. Y al fabricar más de lo que necesitan para vivir siempre fue posible recoger el exceso para el consumo del ser humano.
No importa si a veces siembra el caos. Si hay algo en lo que casi todo el mundo está de acuerdo, es que el olor de la lluvia es maravilloso. Pero, ¿De dónde proviene ese aroma tan característico?
La culpa la tienen las actinobacterias, unos microorganismos que suelen vivir en el suelo desempeñando un papel crucial en la descomposición de algunas sustancias, como la celulosa.
Al entrar en contacto con la humedad de la lluvia, estas bacterias liberan unas esporas que, al ser golpeadas con las gotas de agua, se expanden por el aire. Y es ahí donde empieza todo, ya que esto induce que liberen a su vez una sustancia llamada geosmina, cuyo aroma se propaga por todos lados.
El olor de la lluvia tiene nombre?
Puede que no lo supieras, pero el olor a lluvia fresca tiene un nombre, se llama *petricor*. Este término se utiliza para denominar el proceso químico que sucede cuando el agua de lluvia entra en contacto con la tierra seca. Lo que ocurre es que al humedecerse la tierra, libera una serie de compuestos químicos, entre ellos aceites vegetales. Sin embargo, el elemento más importante y el responsable del olor a petricor es un tipo de alcohol llamado geosmina, cuya traducción etimológica es “aroma de la tierra". Por eso, aunque el agua no tenga color, olor o sabor, cuando cae sobre la tierra, sí huele.
La orquídea de nombre Cattleya mossiaefue decretada como la flor nacional de Venezuela el 23 de mayo de 1951. También es conocida como la “Flor de Mayo”, ya que desde el siglo XIX se la usa como ornamento de la Cruz de Mayo, así como para adornar la figura de la Virgen en sus diversas advocaciones.
Aparte de su extraordinaria belleza. Pertenece a la familia más extensa del reino vegetal, que incluye unas 30 mil especies repartidas en cerca de 800 géneros, la mayor variedad de ellas son nativas de América del Sur.
La mayoría de los géneros presentan una estructura similar compuesta por tres sépalos alargados, detrás, y tres pétalos más anchos, al frente.
El color de sus pétalos va del violeta claro al lila, en tanto que en la parte interna del labelo se observa una coloración amarilla veteada con manchas de violeta intenso. El labelo de la Cattleya sobresale por sus líneas onduladas que simulan la turgente forma de un cuerpo de mujer, razón por la cual se le considera el símbolo de la feminidad y la belleza en Venezuela.