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Mi historia comienza hace unas semanas. No soy exactamente una mujer con el sueño ligero, pero siempre me he despertado fácilmente al oír ruidos inusuales, sobre todo si esto viene acompañado de la sensación de que algo no anda bien.
Hace unas cuatro semanas, me desperté con un sobresalto. Sentí que algo, o alguien, sacudía la cama. Esto sucedió a las 4:00 de la madrugada, aproximadamente. No llegué a escuchar nada extraño, solo el ruido de mi teléfono al caerse de la cama. Duermo sola en una cama grande, y normalmente me quedo dormida con el teléfono en la mano, por lo que no creo posible que se haya caído de lado. Extraño, pero nada del otro mundo hasta aquí.
A principios de esta semana me desperté a las 2:15 a.m. Di varias vueltas en la cama, sin poder quedarme dormida, o sentirme cómoda. Giré hacia mi lado izquierdo (donde normalmente concilio el sueño), dándole la espalda a la pared que está al fondo de la habitación. De repente, mi oreja izquierda me empezó a arder, y, un segundo después, a quemarme.
A través de ese ardor empecé a escuchar un ruido blanco, como de estática, y debajo de eso voces que hablaban en un tono muy bajo, muy grave. Las voces eran claras, a pesar de eso. Estoy segura de que era español, pero no pude entender lo que decían, salvo unas palabras aisladas. Después de unos momentos, sentí que mi cama se hundía a la altura de mis pies, repetidamente, como si alguien estuviese sentado a los pies de la cama, presionando sobre el colchón.
Mantuve los ojos cerrados e hice todo lo posible por controlar mi respiración (practico meditación con alguna regularidad), pero no lo conseguí. La presión sobre el colchón desapareció, poco a poco, y también la sensación de que había alguien más en mi cuarto, como si se alejara. Permanecí allí, quieta, supongo que alrededor de una hora. Ni siquiera me atreví a abrir los ojos.
En cierto punto estiré una mano y encendí la luz del velador. Nada. Encendí la luz principal del cuarto y salí corriendo al baño. Sentía náuseas, y de hecho vomité, supongo que por lo asustada que estaba. Dormí con la luz de mi habitación encendida por el resto de la noche.
Desde esa noche me he acostado con la luz del velador encendida.
Me he despertado una vez más hace dos días. Mi cama fue sacudida de nuevo, y también sentí que había alguien más conmigo. Creo que podría ser el espíritu de mi madre. Este mes se cumple un año desde que falleció. La he sentido antes, pero nunca ha intentado contactarme así. Vivo en una casa bastante nueva, con solo una familia anterior como antecedente. ¿Tienen idea de qué puede estar ocurriendo?
***
Existe una explicación científica para esas voces que escuchamos antes de dormir.
En realidad, no necesariamente deben ser voces, también pueden oírse balbuceos, susurros, sonidos inarticulados, murmullos que se superponen entre sí, como el de muchas personas hablando al mismo tiempo. Estos sucesos son conocidos como Experiencias Hipnagógicas, y básicamente consisten en alucinaciones visuales, auditivas y táctiles que se producen inmediatamente después de conciliar el sueño.
La dimensión de lo hipnagógico es incierta, y define ese instante de transición entre la vigilia y el sueño, donde el sujeto no está completamente dormido ni despierto. Uno de los fenómenos más comunes que pueden producirse allí es escuchar una especie de repetición distorsionada de lo que hemos oído durante el día, o lo que hubiésemos querido escuchar (Psicofonías: ¿seres de otra dimensión o una broma de tu cerebro?)
Estas voces misteriosas, y ciertamente inquietantes, también pueden venir acompañadas de otros fenómenos más físicos, como sentir que algo invisible te toca, o sentir que algo te sopla o respira en el rostro. Este fenómeno suele estar asociado con experiencias con Gente Sombra (ver: Figuras humanas que caminan por tu casa de noche).
Las voces, en todo caso, se superponen, se mezclan, se vuelven extrañas melodías; pero también suceden otras cosas igualmente extrañas. Algunas personas ven flashes y chispazos de sucesos diurnos, cosas que ocurrieron durante el día, o bien imágenes completamente imaginarias, y hasta surrealistas. Los espasmos musculares, y los movimientos súbitos también son frecuentes; por ejemplo, patear y sacudir los brazos.
Algo parecido ocurre antes de despertar del todo. A estas experiencias se las conoce como Experiencias Hipnopómpicas, pero esto no parece ajustarse del todo al caso de hoy.
Buena parte de los sucesos que nos ha narrado nuestra amiga pueden explicarse dentro de las Experiencias Hipnagógicas. Sentir que la cama se sacude puede deberse a esos movimientos repentinos que realizamos sin darnos cuenta, los cuales tranquilamente pueden mover la cama, sobresaltarnos, y hacernos irrumpir de nuevo en la vigilia con la sensación de que alguien más la movió.
Las Experiencias Aparicionales, es decir, cuando nos sentimos observados, o incluso sentimos presencias estando solos, también pertenecen al universo hipnag
Buena parte
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